jueves

Acostumbramiento, dejadez, determinación, cambios: Entró en trance

Todo empezó con dos caprichos sin sentido, uno que no duró prácticamente nada, otro que sobrevivió lo que el objeto permitió. O lo que su propio karma bastante positivo consideró necesario. Algo que, entre quejas y acosos sin sentido, agradece todos los días inconscientemente. "Good riddance of bad rubbish", o algo asi.

Empecemos por el primer capricho: ¿Existió? Fue un escape momentáneo, raro, distinto, una señal de que necesitaba un giro. Y así como apareció en su mente, se esfumó, porque no era suficiente, era un producto de su cabeza y se dio cuenta apenas tomó la iniciativa que estaba necesitando.

El segundo no tenía razón de ser. Era el anti-capricho, todo a lo que tenía que decirle que no. Y eso es justamente lo que la atrapó, lo distinto, lo opuesto, lo que está mal, lo inestable, lo pasajero. Empezó y terminó, sin anestesia. Llamenlo autoboicot, suerte, inconsciente... Terminó entre desastres universales que prefirió enterrar para siempre en el jardín, desastres que no alcanzaron ni el nivel de caprichos, catástrofes de florerías, mediocridad y malas intenciones. Terminó.



No hay comentarios:

Publicar un comentario