-No no no, esperá, dejame hablar, lo entiendo y no tengo
absolutamente nada en contra tuyo, en serio. De hecho me parece que nos estás
haciendo un favor. De verdad te lo digo, era una decisión que yo evidentemente
no estaba pudiendo tomar y nos hacía falta, Rodrigo, nos hacía falta. ¿Cómo es
eso de los cuadros? Que a veces te tenés que alejar para ver la imagen completa
y entenderlo, algo así, eso es exactamente lo que está pasando acá. A lo mejor
un poco de aire le hace bien a la relación. Yo creo fervientemente en que dos
almas jamás se cruzan por casualidad y vos en mi vida estás por algo. Sé que
sos vos, siempre fuiste vos, pero a lo mejor necesitamos unos días para darnos
cuenta. Extrañar nuestro olor en las sábanas, la forma en que nos abrazamos,
los besos con gusto a pasta de dientes antes de irnos a dormir. ¿Me vas a decir
que no necesitás todo eso para vivir? En la cotidianidad al lado tuyo está mi
combustible, vos sos mi combustible, y quizás tenés razón y tenemos que
estacionar un ratito para ver el mapa y decidir por dónde seguimos. Tenemos
tanto por delante, tanto, y esta vez va a ser diferente. Tengo fe en que esta es
la definitiva. Una corazonada, ¿viste? De las que no se explican. Nunca amé a
nadie con la fuerza que te amo a vos, ¿sabés eso no? Me parece importante que
lo sepas.
-Estás literalmente violando la ley ya, Martina, te pedí que
no me llames más. Quinta vez que cambio mi número de teléfono ¿¡Qué hiciste
para conseguirlo esta vez!?
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