martes

Siempre digo que me gustaría irme a vivir a una mini aldea autosustentable porque hay veces que la sociedad en la que vivimos me horroriza. Llevo veinticuatro años viviendo en un mundo en el cual el delito, el maltrato y la falta de respeto son moneda corriente y sigo sin lograr adaptarme, todos los días veo cosas que a mi sensibilidad y a mí nos cuesta mucho soportar y todos los días me bajoneo como si fuese la primera vez que pasan. Cada vez que escucho una noticia o vivo en carne propia alguno de estos hechos me indigno porque pienso que la vida en sociedad debería ser mucho más fácil de lo que es y que la culpa de que no lo sea es enteramente nuestra. Entonces trato de ir para atrás en el desarrollo de cada persona y buscar la falla, en qué momento se pervierte alguien? Hay realmente un punto de inflexión o vamos adquiriendo la corrupción por ósmosis por el simple hecho de existir y convivir? Si todos somos puros cuando nacemos, de dónde sale lo malo? Es una acumulación de debilidades que traemos con nosotros por ser humanamente imperfectos?


Llego a la conclusión de que es un poco de todo y que la clave para evitarlo está en la educación en su forma más básica, pregonando un mantra como paradigma primero, primordial e irrefutable: respetá tu vida y la de los demás. Nunca dejes ninguno de esos aspectos de lado, ni pongas uno sobre o por debajo del otro. Si querés algo, trabajá para conseguirlo. Si otro lo tiene alegrate porque se lo merece, ya que si todos respetásemos este mantra no existirían la injusticia ni la corrupción y no habría motivos por los cuales envidiar nada.

Es tan simple y lógico y tenemos tanto potencial que no entiendo por qué seguimos fallando.

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