Punk Rock (tema 6/7)

Casualmente (o no tanto) en el día de la fecha clausuraron el Teatro de Flores, un antro de perdición protagonista de muchas escenas relacionadas con el tópico en cuestión, así que nunca tan adecuada la temática. Esto va a ser especial, personal y melancólicamente de nicho, por lo cual pido disculpas de antemano a todo el que no vivió la adolescencia desde el mismo lugar que yo, porque no se va a identificar ni un poco con lo que estoy por escribir.

Aclarado eso, empiezo a tipear mientras busco inspiración en 'In This Diary' de The Ataris y vuelvo a ser adolescente. A vivir veranos eternos llenos de piletas de noche y viajes en auto con la música a tope. Vuelvo a PCP Martinez, a Speed King, a City Bar. A que todas las reuniones con amigos incluyan (mínimamente) una guitarra. A MxPx, a NOFX. Al primer amor, el primer tatuaje, las primeras Vans. A los cinturones de tachas, a la emoción incontrolable cuando venía a Argentina una banda que me encantaba (y que obviamente tocaba en algún antro porque ‘nadie en este país entiende nada de música’). A Green Day, Blink 182, The Offspring, The Maine, Fall Out Boy, All Time Low, Bowling for Soup, Cartel, Forever The Sickest Kids, Relient K, New Found Glory y un millón de etcéteras más. A fantasear con vivir un Warped o un Bamboozle. A escribir con liquid paper la mochila, la cartuchera, la carpeta. A considerar poco interesante a la gente que no escuchaba lo mismo que yo. A cuando las DC no eran sinónimo de San Isidro. A tener un girl crush con Cassadee Pope y Hayley Williams. A pensar que todo eso no era una fase de la edad y afirmar con total y completa certeza que iba a durar para siempre.

Casi siempre más pop que rock, el prefijo ‘punk' me regaló una de las épocas más lindas de mi vida, razón de más para estarle eternamente agradecida. De todas formas when I have a daughter I will name her Stacy, I will be Stacy's mom and I will have it going on.